domingo, 28 de noviembre de 2010

Monologias.

Se enamoran y a pesar de miles de obstáculos, siempre terminan juntos. Se pelean, parece que nunca van a volver a verse y el destino vuelve a hacerles saber que son el uno para el otro.
Pero no, eso no sucede en la realidad, nunca. Cuando crees que encontraste la mitad que tanto te faltaba, algo se encarga de que tomen caminos totalmente paralelos para que ni de casualidad, se crucen. No es que sea una pesimista en estos temas, para nada, la persona que estoy segura, fue la predilecta para eso, me enseño tantas cosas hermosas en cuanto al amor que no tengo nada de que quejarme, pero las circunstancias  se encargaron de convencerme que no vale la pena vivir para, de y por alguien. Y aunque desde aquel camino paralelo ya ni sepa de mi existencia, creo que nadie extraña su presencia –inconscientemente, rutinariamente y silenciosamente- tanto como yo. Si vamos a ser directos, creo que extraño el hecho de tener su apoyo, sus besos y sus incomparables abrazos al pie del cañón, poder ser a quien busca si es cariño lo que está necesitando, extraño sus confidencias fusionadas con las mías, extraño su aroma que solo yo percibía por ser ya parte de mi ser, extraño que SEAMOS, eso es, me molesta SER y que SEA, pero que nunca SEAMOS. Tch, lamentablemente, los verbos en plural ya no son lo mío.    

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